Arquitectura contemporánea desde la ladera
Casa Alfacar es una vivienda unifamiliar situada en las estribaciones de la Sierra de Huétor, en la localidad de Alfacar, Granada. Su implantación responde a una lógica de adaptación al terreno y de diálogo con el paisaje: no se impone sobre la ladera, sino que se acomoda a ella, aprovechando su pendiente y sus vistas para construir una arquitectura íntima, climáticamente eficiente y profundamente enraizada en su contexto.
Arquitectura desde el terreno
La vivienda gira levemente respecto a los ejes ortogonales habituales, buscando optimizar la orientación solar, la ventilación cruzada y la relación directa con el jardín. Esta rotación genera un conjunto de espacios exteriores diferenciados, íntimamente ligados a cada estancia, permitiendo que la casa se abra y se cierre según el momento del día, la estación o el uso.
El diseño parte de una premisa clara: el terreno no se modifica drásticamente, se interpreta. Las plataformas se suceden de forma escalonada, generando una relación orgánica con la ladera y evitando movimientos de tierra innecesarios. La pendiente no es un problema, sino una oportunidad para definir diferentes niveles de uso, vistas y privacidad.
Tipología vernácula reinterpretada
Casa Alfacar bebe de la arquitectura tradicional de sierra: muros gruesos, protección solar, patios, orientaciones estratégicas y uso de materiales del entorno. Sin embargo, lo hace desde una mirada contemporánea que renuncia a la nostalgia formal para centrarse en los principios que dan sentido a lo vernáculo: sostenibilidad pasiva, escala humana y adecuación climática.
El uso racional de los recursos, el control térmico mediante la envolvente, la iluminación natural en todos los espacios y la ventilación cruzada son elementos centrales en su funcionamiento diario.
Interioridad que prolonga el paisaje
El interior se proyecta como una prolongación del exterior. Las estancias principales se abren hacia zonas ajardinadas específicas, buscando una conexión directa entre uso y naturaleza: el comedor se orienta hacia la sombra de la tarde; las habitaciones, hacia la calma del amanecer. No hay jerarquías impuestas, sino un equilibrio entre apertura, recogimiento y continuidad visual.
Los materiales, en su mayoría naturales y de bajo mantenimiento, refuerzan esta idea de serenidad habitada: piedra, cal, madera y cerámicas neutras que dialogan con la luz cambiante de la sierra.
Vivienda en pendiente como oportunidad
Casa Alfacar se inscribe en una genealogía contemporánea de viviendas construidas en laderas que entienden el desnivel no como un obstáculo, sino como una herramienta proyectual. Al igual que otras casas emplazadas en topografías complejas, este proyecto explora cómo el terreno puede definir la estructura del habitar: qué se ve, qué se oculta, qué se recorre y cómo se vive.
Una casa en la montaña, desde lo esencial. Casa Alfacar no pretende monumentalidad ni exhibición. Es una vivienda que se piensa desde el lugar, que responde con inteligencia y humildad al entorno, que reformula lo doméstico desde lo esencial. Forma parte de una línea de trabajo que valora la arquitectura como herramienta de escucha, de adecuación y de belleza silenciosa.
Promotores: Sonia e Iván.