Revalorización de patrimonio doméstico
Este proyecto explora una forma de entender el patrimonio no solo desde el valor histórico u objetual, sino desde lo artesanal, sentimental y cotidiano. El objetivo fue transformar los modestos corrales de una casa de pueblo en un estudio de pintura y una bodega familiar.
Para ello, se aprovechó una antigua marranera-gallinero, creando un patio de luz acotado con ventanas recicladas que habían sido retiradas de la vivienda y olvidadas con el tiempo. Asimismo, las tejas del cobertizo demolido se reutilizaron en el diseño de la bodega.
Este uso de elementos familiares reciclados convierte los recuerdos en arquitectura, funcionando como un viejo álbum de huellas y memoria. El proyecto pone en valor la sostenibilidad y la memoria emocional mediante una intervención sensible y respetuosa con el contexto.